Primero Dios, con Gerardo Farías

Deuteronomio 7 - Te amaré y te bendeciré

April 05, 2024 Gerardo
Deuteronomio 7 - Te amaré y te bendeciré
Primero Dios, con Gerardo Farías
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Primero Dios, con Gerardo Farías
Deuteronomio 7 - Te amaré y te bendeciré
Apr 05, 2024
Gerardo

Las promesas del Señor para Israel son realmente sorprendentes: Dios los amaría y los bendeciría en abundancia. No les faltaría nada - habrían cosechas en abundancia. Ellos se multiplicarían y llegarían a ser una nación grande y numerosa. También sus animales se multiplicarían; llegarían a ser una nación muy rica y poderosa. Dios los guardaría y libraría de toda enfermedad y plaga (las plagas que cayeron sobre Egipto, no caerían sobre ellos). Y Dios expulsaría a las naciones que vivían en la Tierra Prometida; naciones grandes y mucho más fuertes que Israel. Pero todas estas bendiciones estaban sujetas a que el pueblo cumpliera fielmente con su parte del pacto. La orden podía parecer extrema: ellos debían acabar con todas estas naciones por completo. No debían tener de ellos misericordia, ni debían hacer ninguna clase de pacto con ellos. Además, debían destruir por completo todas sus imágenes e ídolos que usaban para adorar a sus diones. ¿Por qué debían destruirlas por completo? Porque ellos siempre serían una amenaza para la fidelidad de Israel. Dios sabía que si se unían a ellos, terminarían adorando a sus dioses, olvidándose del Señor su Dios. 
Dios una vez más les exhorta a no tener miedo. Dios estaba con ellos. Dios pelearía sus batallas. Por más grande y numerosas que fueran estas naciones, Dios las expulsaría de delante de ellos. Tú también puedes confiar en el Señor. Él cuidará de ti. Tú solo preocúpate de ser fiel al Señor y de guardar sus mandamientos. Que el Señor te bendiga. 

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Las promesas del Señor para Israel son realmente sorprendentes: Dios los amaría y los bendeciría en abundancia. No les faltaría nada - habrían cosechas en abundancia. Ellos se multiplicarían y llegarían a ser una nación grande y numerosa. También sus animales se multiplicarían; llegarían a ser una nación muy rica y poderosa. Dios los guardaría y libraría de toda enfermedad y plaga (las plagas que cayeron sobre Egipto, no caerían sobre ellos). Y Dios expulsaría a las naciones que vivían en la Tierra Prometida; naciones grandes y mucho más fuertes que Israel. Pero todas estas bendiciones estaban sujetas a que el pueblo cumpliera fielmente con su parte del pacto. La orden podía parecer extrema: ellos debían acabar con todas estas naciones por completo. No debían tener de ellos misericordia, ni debían hacer ninguna clase de pacto con ellos. Además, debían destruir por completo todas sus imágenes e ídolos que usaban para adorar a sus diones. ¿Por qué debían destruirlas por completo? Porque ellos siempre serían una amenaza para la fidelidad de Israel. Dios sabía que si se unían a ellos, terminarían adorando a sus dioses, olvidándose del Señor su Dios. 
Dios una vez más les exhorta a no tener miedo. Dios estaba con ellos. Dios pelearía sus batallas. Por más grande y numerosas que fueran estas naciones, Dios las expulsaría de delante de ellos. Tú también puedes confiar en el Señor. Él cuidará de ti. Tú solo preocúpate de ser fiel al Señor y de guardar sus mandamientos. Que el Señor te bendiga.