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Primero Dios, con Gerardo Farías
Primero Dios, con Gerardo Farías
1 Samuel 31 - Muerte del rey Saúl
Este capítulo es bastante breve. Parece ser que el autor nos cuenta la historia de la muerte de Saúl, pero lo hace con cierto desdén. Saúl murió sin gloria. Murió él, sus hijos y sus tropas. Los filisteos hicieron fiesta. Una vez que encontraron su cuerpo, le cortaron la cabeza, y le quitaron su armadura (las cuales conservaron como trofeo), y colgaron su cuerpo, y el de sus hijos en Bet Shean. El relato es claro al mencionar que Saúl se quitó la vida. Prefería morir, antes que ser un objeto de burla de sus enemigos. Esto nos muestra que fue orgulloso hasta el final. No vemos que haya hecho una última oración a Dios, como en el caso de Sansón. No. Vemos que Saúl murió lejos de Dios, y sin ninguna señal de arrepentimiento. Algunos consideran que Saúl verdaderamente es un ejemplo de alguien que cometió el pecado imperdonable. Su rebelión lo llevó en picada libre. Nunca se volvió a Dios, el cuál es amplio en perdonar. Su vida termina de forma muy triste. Lo único positivo de éste capítulo, es el gesto de los hombres valiente de Jabes de Galaad, quienes en una misión muy arriesgada, rescataron los cuerpos de Saúl y de sus hijos, y le dieron una sepultura digna. Ellos hicieron esto, porque en su momento Saúl, al principio de su reinado, los había librado de las manos de Nahas, el amonita. Ahora el camino está libre para que Israel por fin nombre a David como su rey. Y de eso tratará el siguiente libro. Que el Señor te bendiga.