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Primero Dios, con Gerardo Farías
Primero Dios, con Gerardo Farías
2 Samuel 14 - David perdona a Absalón
El rey David estaba en una condición complicada. Su hijo Absalón había dado muerte a su primogénito, Amnón; y éste había huido a la tierra de Gesur, dónde se escondió durante tres años. Cuando Amnón violó a su hermana, el rey no hizo nada. Y ahora que Amnón había sido asesinado, el rey nuevamente no hizo nada. Su pecado con Betsabé lo había dejado sin autoridad moral para ejecutar la justicia. Sentía que no tenía como reprender a los pecadores, cuando él mismo era uno. Y aunque estaba dolido por la muerte de su hijo, una parte de él quería perdonar a Absalón; y por otra parte no sabía como castigarlo. Es posible que pensara que el destierro era el mejor castigo. Pero Joab, su general, pensó en una forma de hacerlo volver. Y usando la misma estrategia del profeta Natán, trajo a una mujer sabia de Tecoa, quién ayudó a que el rey tomara una decisión. Absalón volvió, pero se le prohibió acercarse al rey. Y así estuvo 2 años en Jerusalén. Absalón también deseaba reconciliarse con el rey, pero el texto nos señala que él recibía de parte del pueblo una gran admiración por su belleza y porte. Esta admiración no hizo más que sembrar en el corazón de Absalón el orgullo y la soberbia. De a poco empezó a surgir en su corazón un anhelo por tomar el trono de su padre, y pronto comenzaría a buscar la forma de derrocar al rey a quién Dios mismo había escogido.
Debemos tener mucho cuidado. Es muy difícil identificar el orgullo y los sentimientos de venganza. Absalón era culpable de haber tomado la justicia en sus propias manos. Pero aún así exigía ser perdonado. Todo esto lo llevó a su caída y destrucción. Pidámosle a Dios sabiduría, para no dejar que nuestros corazones se llenen de orgullo y venganza. Que el Señor te bendiga.