Primero Dios, con Gerardo Farías

SALMO 34 - EL SEÑOR SANA A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN

Gerardo

Este es uno de mis salmos favoritos. Contiene muchas promesas con palabras de ánimo para quienes sufren o están pasando por alguna dificultad en su vida. Pero el contexto nos señala algo muy interesante: dice que David escribió este salmo en un momento muy oscuro y bajo de su vida. Dice que lo escribió después de haber estado en presencia de Abimelec, rey de los filisteos. En esa ocasión David estaba huyendo del rey Saúl, quien quería matarlo. David pensó que lo mejor era pasarse con los filisteos, ya que allí nunca lo buscarían. El problema fue que los filisteos lo reconocieron. David era un famoso luchador. Todos recordaban las canciones que los israelitas cantaban acerca de David, cuando decían: "Saúl mato a sus miles, y David a sus diez miles". Quizás hasta algunos recordaron que fue un tal David el que había matado al gigante. Y cuando David escuchó lo que ellos decían, tuvo mucho miedo, y fue entonces que fingió estar loco. Empezó a dejar que la saliva le corriera por la barba, y empezó a rasguñar las paredes del palacio. Y fue así como el rey lo echó de su presencia. Claramente David tuvo gran temor por su vida. Y aunque por fuera él actuaba como un loco, es posible que en su corazón él haya estado clamando al Señor. Es por eso que David, cuando salió de ahí con vida, compuso este salmo, donde invita a todos a confar en el Señor. Es cierto, pueden venir muchas dificultades; pero el Señor no abandona a los que en Él confían. Él puede sanar a los quebrandos de corazón. Entrégale a Dios tus pesares y tus tristezas. Solo Él te puede llenar de paz y gozo. Que Señor te bendiga.