Primero Dios, con Gerardo Farías

Salmo 36 - Los malvados no tienen temor de Dios

Gerardo

David aquí se refiere a sí mismo como el siervo del Señor. Él había tomado una decisión en lo profundo de su corazón: únicamente serviría, honraría, y alabaría al Señor. En los tiempos del rey David la idolatría era muy común, incluso dentro de Israel. Pero en cambio vemos a David, haciendo grandes esfuerzos para que toda la nación adorara al único y veradero Dios, al Señor de los ejércitos. David comienza este salmo describiendo a los malvados. En ellos no hay temor del Señor. El temor del Señor significa creen en Dios - creer que es el Creador, y también el Juez Justo de toda la tierra. Quienes no creen en Dios, no les importa su Ley, y les importa el Juicio Final. Por lo tanto no hay nada que los referene de hacer el mal. Se deleitan en mentir, destruir, y hasta planifican como hacer el mal. El temor del Señor es el que nos guía al arrepentimiento. Cuando Dios es nuestro centro y nuestro norte, buscamos conocer su voluntad y cumplirla. Por eso luego David se centra en describir el gran amor del Señor. Dios es grande en misericordia. Y demuestra su amor a través de sus actos de justicia. En el Diluvio, el Señor destruyó el pecado y a los pecadores; pero proveyó una forma de salvar a los justos y a los animales. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿quieres servir al Señor? ¿Quieres temer y honrar al Señor? ¿O prefieres estar en el grupo de los malvados, que no tienen temor del Señor? Que el Señor te bendiga.