Primero Dios, con Gerardo Farías

Salmo 37 - Deléitate en el Señor, y Él te concederá las peticiones de tu corazón

Gerardo

Este es un Salmo maravilloso, que está lleno de promesas para los que son fieles al Señor. El tema principal de este Salmo es el contraste entre los justos y los impíos. El consejo de David es: No tengas envidia de la prosperidad de los pecadores...porque es solo temporal. El fin de ellos será la destrucción. Más Dios nunca abandonará a los justos. Y ellos heredarán la tierra. Pueden tropezar, pero no caerán, porque el Señor los sostiene de su mano. El Señor les concederá las peticiones de su corazón. El Señor hará, Él actuará en tu favor. Y si tienes dudas, David nos dice que durante toda su vida nunca vió a un justo desamparado, ni a su descendencia que tuviera que mendigar pan. El Señor Jesús hizo eco de este salmo en las bienaventuranzas. Jesús dijo: Bienavendurados (dichosos, felices) los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Nuestra meta no deben ser las posesiones terrenales, o la riqueza y la abundancia material (aunque Dios obviamente también nos puede bendecir en esta área). Nuestra mayor meta en la vida debe ser agradar al Señor; vivir una vida recta y justa. Nuestra mayor meta tiene que ser heredar la tierra nueva. No te enfoques solo en esta vida. Enfócate más bien en la vida venidera, en la vida eterna. Dios cuidará de ti. Dios cuidará de los tuyos. Que el Señor te bendiga.