Primero Dios, con Gerardo Farías

Eclesiastés 8 - Injusticias de la vida

Gerardo

La sabiduría nos ayuda a discernir, a investigar, a meditar y a interpretar las cosas que pasan en la vida, y en cuáles son las mejores decisiones que podemos tomar. Por eso este capítulo comienza diciéndonos que la sabiduría ilumina el rostro y suaviza las facciones del rostro. La sabiduría que proviene de Dios nos tiene que hacer personas bondadosas, comprensivas y amables. Las personas tocas, rudas, y poco amables, aunque presuman de ser sabios, en realidad no lo son. La sabiduría, por sobre todas las cosas, tiene que ayudarnos a reflejar correctamente el carácter de Dios. En la vida ocurren cosas que no tienen sentido, y que por más sabios que podamos ser, quizás no lleguemos a entender. Por ejemplo, una persona mala, egoísta, y hasta que quizás hizo mucho daño a otras personas, pero al momento de morir, se lo trata como a un justo, o se lo alaba como si hubiese sido un santo. Eso no tiene sentido. Dios no siempre castiga al pecador de inmediato, y eso hace que muchos lleguen a creer que Dios nunca castigará al malvado; eso hace que muchos sigan haciendo el mal indefinidamente. No es fácil entender porque Dios hace eso. Pero Dios siempre sabe lo que hace, aunque nosotros no lo podamos comprender. Lo mejor que podemos hacer es, sin importar como actúe la sociedad, temer a Dios, obedecer sus mandamientos, y vivir de la mejor forma posible. También se nos aconseja aprender a disfrutar la vida. No todo es trabajo y sacrificio; también tenemos que aprender a disfrutar de las cosas buenas que Dios nos da en nuestra corta vida. Algún día nos tocara morir; y que cuando ese día llegue, podamos mirar hacia atrás, y ver que vivimos de forma correcta, y disfrutamos del tiempo que Dios nos dio en esta tierra. Que el Señor te bendiga.