Primero Dios, con Gerardo Farías

Isaías 66 - La nación que nació en un día

Gerardo

El libro de Isaías termina con promesas, reproches, y una interesante profecía. Primero los reproches: Dios conoce perfectamente nuestro corazón. A Él no lo podemos engañar. Dios detesta las ofrendas y las oraciones de quienes no se arrepienten de todo corazón. De forma muy gráfica, Isaías explica que quienes siguen en el pecado, y creen que con una ofrenda podían agradar a Dios, Isaías responde que tal ofrenda sería como sacrificar un cerdo - algo totalmente inaceptable y repulsivo para el Señor. El punto que quiere hacer Isaías, es dejar en claro que a Dios no le gusta un culto lleno de apariencias. Dios ve nuestro corazón, y desea que le adoremos apartándonos de todos nuestros pecados secretos y acariciados. La profecía tiene que ver con la idea del nacimiento de una nación, en un solo día. Isaías dice que algo así es inaudito, asombroso. Se habla de los dolores de parto - los cuales Jesús usó para hablar del castigo venidero. En el caso de Israel, los romanos, que vendrían y finalmente destruirían Jerusalén y su Templo. Pero cuando eso sucediera, la nueva nación ya habría nacido. Isaías se está refiriendo a la iglesia. La iglesia nació el día que Jesús resucitó. A los creyentes en Jesús se les encomendó la tarea de predicar el evangelio en todo el mundo. ¿Cuál es la promesa? Que así como habrán nuevos cielos y nueva tierra, también el nombre de su pueblo permanecería. Y en la Tierra Nueva vendrán de sábado en sábado a adorar al Señor. ¿Te gustaría ser parte de esa nueva nación de reyes y sacerdotes? Te invito a que seas de los que son humildes, y tiemblan y obedecen la Palabra de Dios. Que Dios nos ayude a ser parte de ese grupo tan especial. Que el Señor te bendiga.